"Mientras ustedes no sean dueños de su alma, no lo serán de la mía."

Te voy a exorcizar.

domingo, 18 de abril de 2010

Good morning, Vietnam!!

He vuelto a ver esa maravilla del cine que es Good morning, Vietnam y he redescubierto la verdad de por qué quiero tantísimo a Robin Williams. Una de sus mejores películas, porque vale, sí, de acuerdo, todos le queremos en “El club de los poetas muertos”(Oh captain, my captain, Whitman es feliz en tus labios)y “El hombre bicentenario” es humano sólo y exclusivamente porque Robin quiere(tsss. callad, todo el mundo quería un robot de pequeño, ¿vale?), pero ¿quién no ha sonreído solo escuchando ese mítico “Goooooood morning, Vietnam!!”?
Definitivamente Robin se merece ese papel filantrópico y psicotrópico del aviador/showman radiofónico que denuncia las atrocidades de la guerra entre muecas, parodias de Nixon y rock and roll.
En resumen, Robin Williams en “Good morning, Vietnam” es amor, love, wonderful, fantástico y maravilloso. Pero una película no se sustenta sólo de un actor excelente, y sino que se lo cuenten a De Niro(pero, Robert, alma de cántaro, ¿quién te mandó a ti hacer “Los padres de ella”? ¿tantísimo dinero pusieron sobre la mesa?), el caso es que, desde los militares americanos al terrorista del Vietcong(uy, spoilers)y la chica(LA chica), belleza oriental donde las haya, están todos soberbios. Soberbios.
¿Y qué decir de ese guión? Cada personaje está perfilado con una delicadeza y una coherencia extraordinarias. Diálogos dignos de Chandler(y que yo diga eso… es mucho decir), trama perfectamente llevada(¿alguien más ha oído en su cabeza “¡cine español, aprende!” o sólo soy yo?), ironía, no confundir con burla fácil(¿sigo siendo sólo yo?)y un periodista con principios, que a una le agrada encontrarse con alguno de vez en cuando, aunque sólo sea en el cine.
La música. Esa banda sonora es amor. Todo decente, cuarentas, cincuentas y sesentas, antes de que la música muriera y todo eso. Muero de felicidad en el momento: entonces de Dylan ni hablamos, ¿no? juuuuuas. Que-bueno-eres, Mitch Markowitz. Algún día nos casaremos y tendremos pequeños guioncitos con los ojos azules que vayan por ahí cantando temas de James Brown.
¿A qué nos lleva esto? A la razón número quiénsabecuál(yo es que soy de letras)para amar a los cineastas americanos(sí, el frente pseudo progre puede abandonar indignado la sala, digo el blog, sigan al señor Willy Toledo). ¿Por qué? Es simple. Se ríen de sí mismos. Hacen chistes de la guerra que perdieron, repito, PERDIERON, de sus presidentes idiotas, de sus acciones estúpidas, de la censura que se auto impusieron, del ejército(Dios mío, su institución más sagrada…), de todo. ¿Cómo no van a ser una potencia mundial? ¿Alguien ha visto una película española que se ría de la guerra civil? No, claro que no. ¿Por qué? Porque saldrían a la calle a protestar todos los idiotas del país(dato informativo: España es el mayor productor de Wolframio, de discos de Rafael y de idiotas), acusarían al guión de falta de respeto, de atentado contra la memoria, quemarían cines(vale, exagero, pero Willy Toledo tiene cara de terrorista, ¿a que sí?), se vetaría a los actores, el Wyoming le haría un chiste malo… ¿Qué es España? Paro, tortilla de patata y Almodóvar. ¿Por dónde decís que se va a Barajas? Muchas gracias. Robiiiin, wait for meeeeeee pleeease!!

2 comentarios:

Marcos Callau dijo...

Buena película. Soy un adicto a la literatura de Chandler y al cine en que desembocó su literatura. Sobretodo adoro "El sueño eterno" ("The big sleep"), de ahí viene el nombre de uno de mis blogs. Un abrazo.

Álex dijo...

mmmm... creo que ya tngo una peli para ver, y a mí me encató "El club de los poetas muertos" pero no "El hombre bicentenario"... aunq mi opinion cn l cine spañol s sencilla: si s buneo no se videa y punto, x eso Hugo Silva ace cine y no ems superado las pelis de Almodóvar

PD: el wolframio es fundamental para las bombillas, a tods s encantan las bombillas ;)