"Mientras ustedes no sean dueños de su alma, no lo serán de la mía."

Te voy a exorcizar.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Bird y orquesta: tema para improvisación.

Es algo que escribí hace unos meses sobre Charly "Bird" Parker. Probablemente mañana me arrepienta de haberlo colgado y lo quite. No me lo tengáis en cuenta. Manías de psicótica.

Es el jazz. Un trombón desde el fondo de su habitación, sonido de corneta descendiendo escaleras abajo hacia la cocina, melodía y aire, la corneta huele a naranjas maduras y limones aromáticos. Después, con las primeras luces de la mañana, ese solo del saxo barítono, tiene la densidad de la resina, el aroma a la madera que se seca al sol, la sugerencia del humo formando figuras que bailan allí donde el sonido choca contra las paredes y se desliza hacia arriba. El saxo es siempre el sonido que se pone de pie cuando llega la noche y, naturalmente, el piano, siempre al atardecer, siempre desde el fondo de su habitación, a veces con esa trompeta cansada que se burla de todo y desfallece como si le costara trabajo subir hasta el tejado y tirarse desde allí con un ataque de risa asmática. Es el jazz. Lo único que suena y se arrastra en el viejo gramófono de Nica. Porque dicen que se ha quedado sordo. Dicen que ya no puede tocar. Dicen que está muerto. Y tal vez sea cierto. Pero no lo es, porque sigue escuchando a Nica suplicándole que le deje llamar a un médico. Los rumores corren por toda la maldita ciudad. Bird ya no vuela. Y tal vez sea cierto. Diz dijo que había muerto hace mucho. Y tal vez fuera cierto entonces. Nueva York es la ciudad de los rumores, es un rumor por derecho propio, Charlie tiene serias dudas de que pueda existir más allá de las fronteras de lo imposible(es una frontera enorme en sí misma que no deja de deslizarse entre los dedos cuando intentas explicarla), pero los rumores suelen tener, aunque sea por no desmerecer a la ilustre ciudad, algo de verdad. Tendrá que morirse entonces, no querría quitarles la razón. Aunque si morirse fuera tan fácil lo habría conseguido hace tiempo, cuando Lover man y todo eso. Cuando Diz le dio por muerto y ni siquiera le dejaban tocar en el Birdland. Pero se había recuperado y les había enseñado a todos que los pájaros también tenían siete vidas. Aquello fue casi demasiado, pero no. Alguien dijo después que no podía ni sujetar el saxo, pero eso es una estupidez, lo único que Charlie podía hacer era sujetarse al maldito saxo, aunque tal vez fuera el saxo el que le sujetaba a él, el que le aferró a la vida. Después de todo no había otra cosa por la que seguir respirando.
Nica solía decirle que era un estúpido por seguir enganchado, pero no entendía que la culpa no era del todo suya. La culpa era de los clubes que no le pagaban lo que debían, de Diz que estaba obsesionado con ensayar aunque todos los locales de Los Ángeles se llenaran con un simple “Diz & Bird”, de la cría, que se había ido antes de tiempo. Era diminuta, más pequeña que ningún bebé que hubiese visto y lloraba a todas horas, como si no estuviese conforme con el mundo, tenía carácter. Ellie había dicho que era igual que su padre, que tenía pulmones destinados al jazz y, Charlie, aún a su pesar, había sonreído. Ninguna hija mía será cantante. Por la noche, cuando despertaba a toda la manzana llorando, cogía el saxo e improvisaba para ella. La niña se quedaba en silencio y le miraba con esos ojos enormes y curiosos que le ocupaban casi toda la cara, intentando agarrar el instrumento con sus manitas demasiado pequeñas incluso para un bebé. Entre solo y solo, le hablaba no es que no quiera que te dediques a la música, es que se pasa muy mal, hasta que venían los vecinos porque esas no eran horas para estar tocando. A esos músicos ni siquiera les preocupaba que su bebé descansara. Degenerados. Pero después, ella también se había ido y no la culpaba, quién querría vivir con un padre yonky que sólo podía componerle canciones que hacían llorar a Nica y darle el nombre de su madre.
Nica siempre lloraba cuando Charlie tocaba ese blues, volvía de la cocina con las pestañas húmedas, la cara lavada y entonces era esa Nica a la que Monk había compuesto uno de sus mejores temas, no Pannonica, la aristócrata trotamundos que congelaba con una mirada, no, era Nica, sólo Nica y mil solos de piano al atardecer en su casa de Nueva Jersey. Esa Nica que siempre había protegido a todos los músicos de Nueva York que eran lo bastante estúpidos para seguir vivos como si la vida fuese poesía, música y suicidio.
Monk decía siempre que, si Nica fuese una estación, sería un día de verano, que empieza brillando, sigue nublado, amenaza chaparrón, desencadena bochorno, acaba en tormenta y termina azulado incluso cuando se ha hecho de noche. Que Nica sería mil estaciones en un día, y un dolor de cabeza al amanecer porque nadie puede sentir tantas cosas.
Si Charlie estaba vivo(lo que no dejaba de dudar), era gracias a ella.
El saxo le da un codazo al piano, que empuja al trombón. La pelea ha comenzado, hagan sus apuestas, dice el platillo. La batería apremia a los espectadores, cada instrumento de la orquesta se suma a la contienda, es momento de declarar lealtades.
Charlie aguanta la respiración.
Todo estalla en un éxtasis de carcajadas, la música se ríe de los músicos. Porque es un juego al que ellos apenas han aprendido a jugar y se toman demasiado en serio.
El ruido de escarcha llena por primera vez en muchos días cada rincón de la casa, la aguja acaricia al vinilo compasivamente. En la tele, el concursante, falla la pregunta sorpresa, ¡error!, en los billetes de cinco mil dólares aparece un retrato del presidente Madison, el bote de la “Ruleta de la Fortuna” tendrá que esperar a la semana que viene, queridos telespectadores.
Bird ya no vuela. Y tal vez sea cierto.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Cosas que decir antes de que el mundo me cambie (4).

"Voy a hacer la ruta 66 antes de los 27. Probablemente en un Corvette clásico descapotable. Rojo. O en un Mustang aguamarina."
El corvette sería algo así.
De hecho ya estoy haciendo un mapa. Algo así como el que le regala la rubia simpática a Orlando Bloom(odio con toda mi alma a su personaje y a él también pa' que mentir)en "Elizabethtown". Con discos y todo. El mío también lleva además fragmentos de Whitman y de Cummings y mucho más Lou Reed. Y Creedence Clearwater Revival. Pero nada de Coldplay. De momento.

Cosas que decir antes de que el mundo me cambie (3).

"El mundo es demasiado grande como para aprender a estar triste en todos los idiomas."

domingo, 5 de diciembre de 2010

Cosas que decir antes de que el mundo me cambie (2).

"Es totalmente lícito sentirse pequeña al leer una marca de mostaza que nunca habías oído antes y al mismo tiempo sentir que el mundo está hecho para ti, pensando únicamente en que algún día ibas a existir y a sentirte pequeña y grande y verde a la vez."

Cosas que decir antes de que el mundo me cambie (1).

Voy a empezar a escribir algo así como una deontología personal, sólo que no son sólo normas, son frases que pueden hablar de mi ética personal o del color de los pasadores de una extra de "Big fish". O del tiempo que es el único tema en el que se puede ser honesto últimamente.

"Odio a la gente. Me encantan las personas, pero odio a la gente"
Pues sí. Las personas, de una en una me fascinan, al menos la mayoría, pero odio a la gente. La gente en su conjunto, como una masa uniforme, un todo igualado y políticamente correcto me revienta. La Gente, así con mayúsculas, es estúpida. La Gente no tiene encanto personal, ni risa escandalosa, ni canción favorita, ni mascota con nombre ridículo, ni un poema subrayado y aprendido de memoria, ni mal gusto, ni manías irritantes, ni ganas de salir corriendo. La Gente solo tiene las certezas que alguien dicta, el miedo que alguien inspira y el odio ciego que ese alguien provoca. La Gente es todo lo que está mal y no puedes solucionar, eso es la gente.

martes, 9 de noviembre de 2010

Walt.

Hoy os traigo un video que alguien ha hecho sobre parte de uno de mis poemas favoritos en el mundo, los primeros versos del "Canto a mí mismo" o "Song of myself". Me encanta que me lean en alto, sobre todo porque para mí la poesía esta hecha para ser escuchada y Whitman aún más.
Me gustaría hacer algo parecido pero en castellano y con otros versos, puede que lo haga.

domingo, 31 de octubre de 2010

A mí no me gusta la política...

pero yo sí le gusto a ella, compañero. Que dice Gorki.
Reverte es de los pocos intelectuales lúcidos de este país. Y con toda esa polémica suya... ¿Sabéis que toca? Leer los subrayados de "Territorio Comanche", que es como decir releer el libro entero. Siempre me pone las pilas leerlo, es recordarme por qué hago lo que hago, pienso lo que pienso y digo lo que digo. Cuando me siento perdida me ayuda bastante. Me fascina no sólo porque es lo que quiero ser, sino porque es una fotografía del alma colectiva, si es que eso existe, impresionante.
Y alguno todavía le llama machista.
Gente con prejuicios, que se deja llevar por primeras impresiones abunda. Eso es triste.
Tendré que releer. Últimamente estoy un poco perdida. Tal vez debería esperar muchísimo menos de la gente de lo que espero. Después de todo la fórmula de la satisfacción es:
Satisfacción= Punto de vista - Expectativas

jueves, 7 de octubre de 2010

Ya era hora, caballeros

TARDE PERO BIEN, SEÑORES JURADOS DEL NOBEL...
No tenía ninguna fe en su criterio, no pensaba que fueran a dárselo hasta que el genio ya no pudiera recogerlo, pero se ha hecho justicia. Mi escritor favorito. Por novelas como Conversación en la catedral. Don Mario se lo merece.

domingo, 3 de octubre de 2010

Mucho gusto Octubre, vamos a llevarnos bien ¿eh?

¿Cómo están ustedeeeees?(Sí, probablemente la broma caducó en los setenta, denunciadme)
Seguro que pensáis que estoy enferma por aquello de postear tan seguido y la verdad es que tenéis razón: tengo un resfriado que me va a llevar a la tumba(siempre que estoy enferma me da por los gestos dramáticos)y un poco de resaca(los decadentes compromisos sociales universitarios es lo que tienen). La razón de que esté aquí hoy es una inyección de optimismo proveniente de quiénsabedónde que probablemente tenga algo que ver con haber mejorado mi conexión(hacerme feliz es extremadamente fácil... XD)y con un interés totalmente fuera de lo normal en mi por socializar. Mi idea es que dado que muchos de vosotros me parecéis bastante interesantes(otros no, para qué mentir), me gustaría discutir más con vosotros acerca de las grandes incógnitas del universo: la vida, la muerte, el final de Harry Potter, la crisis económica, en qué estaban pensando los Metallica con el último disco... whatever. Para ello propongo:
-Formspring: preguntad lo que queráis, nunca miento por internet y mucho menos si me preguntáis sobre lo último de Metallica o los Killers(really? Day and age? WTF??!!!) Pregunta al oráculo.
-Twitter: la herramienta de comunicación más profunda del mundo... XD da igual es adictiva ¿vale? No me juzguéis... Choca esos 140
Con todo mi amor y la nariz roja como un tomate
María.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Algo nuevo bajo el sol

[sonido de trompetas]La reina de la inconstancia hace acto de presencia en este su pequeño rincón de la web[/sonido de trompetas]. Pues sí, people, aquí estoy again...
-Terminé el libro de Mailer y OMG le quiero, le quiero, le quiero, me he enamorado de Norman, blogsfera, en cuanto pueda ataco a muerte su bibliografía.
-Leí el libro que me recomendó Hounter(La soledad de los números primos)y me parece la cosa más tierna que he leído en mucho tiempo.
-¿Recordáis a Romain Gary? He leído el libro que escribió con el pseudónimo "Emile Ajar", La vida ante sí y os lo recomiendo TOTALMENTE.
-La carretera me está resultando un pestiño horroroso, no creo que para transmitir ese mensaje se necesite taaaanto rollo, la verdad, es un poco pretencioso, creo.
-¡¡¡Por fin he empezado la universidad!!! Estoy muy, muy, muy feliz, me encanta la carrera y no me molesta ni madrugar siquiera de lo contenta que estoy(a eso vienen los fuegos artificiales).
-Por otro lado me siento muy presionada por mi misma(absurdo pero verídico)para empezar porque estoy en un hiatus inspiracional que me tiene sin oxígeno y para añadirle unas pizquitas más de irrealidad por la universidad(sí, sé que he dicho que estaba contenta). Mi problema es que yo siempre he destacado en clase, era la niña marisabidilla que tenía el libro delante a todas horas, después fui a clase con gente más inteligente que yo, pero era poca gente y formábamos una especie de "élite intelectual"(qué queréis que os diga somos así de snobs), pero ahora que voy a clase con gente que se toma las cosas en serio y que explora su potencial me aterra ser mediocre. Cuánto me cuesta hacer esta clase de confesiones en la web, dónde CUALQUIERA puede leer.
En otro orden de cosas, sois geniales, chicos, no me esperaba realmente que contestarais el post anterior.
Bueno, voy a darle la última oportunidad a Cormack porque la puñetera carretera es interminable...
Sed buenos.

lunes, 30 de agosto de 2010

Aviones de papel que van al infinito

¿Sabéis cuando queréis chillar algo pero no lo hacéis porque os avergonzáis? Internet nos da un anonimato espléndido. ¡Dejad de mirar las luces del embarcadero de Daisy y nadar hasta el muelle! Os reto a seguir estos sencillos pasos:
1)Piensa que es eso que necesitas que alguien más sepa.
2)Escríbelo en un comentario en esta entrada firmado como anónimo(o si eres muy atrevido con tu nombre).
3)Envíalo.

¡SALTAD, VALIENTES!

Susúrrame al oído tus más tórridos secretos...

miércoles, 25 de agosto de 2010

Desde las profundidades del agosto madrileño


Blogsfeeeeeera, tú que todo lo sabes, ¿qué opinas de Mailer? Antes de que me taladréis a miradas condescendientes me explico: no, no he leído nada suyo. Estoy en ello.
La pregunta viene a cuenta de que tampoco había leído nada de Kerouac hasta hace un mes, qué le voy a hacer, dieciocho años no dan para tanto como una quisiera... y francamente según terminé La vanidad de los Dulouz pensé "¿y ya está?". No es que vaya a dejarlo ahí, le daré una oportunidad a On the road y si no me convence le apilaré en el rincón de los sobrevalorados junto con Hemingway y cía, para leer cuando sea capaz de obligarme. Pero, a lo que iba, me habían hablado maravillas de Jack, estaba entusiasmada, os lo juro, pensaba que iba a ser algo divertido, ingenioso, inteligente(no inteligente en plan "eh, tíos, he inventado el fuego", sino más bien "eh, tíos, reflexiono sobre la hipocresía del ser humano usando como metáfora un retrato")pero ni eso. No es que no tenga partes guays, gracias a él creo que algún día me embarcaré para vivir una experiencia como marinera, pero la palabra que me vino a la mente cuando me preguntaron qué me había parecido fue insustancial, así con todas las letras, después egolatra le hizo compañía y pretenciosa quiso unirse a la fiesta. Un poco decepcionante, no me extraña que tenga como modelo al viejo misógino de Ernest. Cada vez que un personaje con carisma hacía acto de presencia desviaba la atención hacia su ombligo con un "pero esta no es la historia de [insertar nombre], sino la mía así que vamos a dorarme la píldora un rato más" porque esa, queridos bloggers, es otra de las cuestiones que me da patadas en la garganta, veamos, Jack, mon petite amour, si escribes una novela que gira alrededor de tu persona en exclusiva lo mínimo que te voy a pedir es un poquito de honestidad, de humildad, de realismo. No quiero una loa a las maravillas de tu personalidad, muchas gracias.
La verdad es que si tuviera que basarme en este libro para juzgar al autor o a su obra, el veredicto sería: superficial, bien escrito, claro, pero banal, el mundo puede pasar sin ello. Sin embargo, voy a procurar liberarme de esta mala impresión cuando empiece On the road y ya os contaré qué me ha parecido.
El problema es que también tengo las expectativas bastante altas con Mailer(espero que no sea otra decepción)y quería saber que opináis sobre él.
Acepto recomendaciones, insultos por no saber apreciar la literatura del hipster éste y tomates u otros vegetales siempre que no sean en lata, so sádicos.
Por cierto, hace meses leí una novela, Lady L, de un autor de la generación perdida que firmaba con el pseudónimo Romain Gary que, me parece, se traduce como "novela en llamas" o algo así, el caso es que me gustó, es altamente recomendable amen de muy cortita, así que mi pregunta es la siguiente: ¿sabéis de algo más suyo?
Sed muy felices y contadme vuesta experiencia beat.

lunes, 16 de agosto de 2010

De bajistas y otros animales de circo.

No es un espejismo, c'est moi, blogsfera, c'est moi. Ya sé que llevaba años luz sin actualizar, pero me estoy tomando las vacaciones como vacaciones absolutas...
Hoy traigo un relato/parodia sobre el bajista de Interpol, que es un grupo que no conozco demasiado(salvo las típicas canciones, you know)pero como la filosofía de este blog es habla primero y luego piensa, habrá que hacerle honor... ¿Qué os parece el uso de la segunda persona?
Viene a cuento de que el señor Carlos D ha dejado el grupo porque "ya no le gusta tocar el bajo". A buenas horas mangas verdes, que diría mi abuela. En fin, que no tiene mucho sentido si estás al margen de las bromas a costa del pobre hombre. Si lo estás puede que tampoco. No sé, juzgad vosotros. Se titula:
-No me gusta tocar el bajo-

Un día te levantas con el tiempo justo para ir al local de ensayo y el despertador suena peor que nunca, peor que cuando Dan intentó tocar aquella canción con más de tres acordes e incluso peor que cuando lo intentó Paul. El café sabe a pocas horas de sueño y los gritos de Dan si vuelves a llegar tarde.
Al principio crees que es porque aún estás un poco dormido, pero claro, tres horas después empiezas a alarmarte. No puede ser que Nueva York parezca tan gris.
Los ensayos se vuelven una tortura sutil, antes era fácil ignorar al idiota de Dan, ahora sus órdenes se cuelan entre los gritos agónicos de tu instrumento. Eres el mejor músico del grupo(no es arrogancia, es sinceridad)y por eso sólo tú notas que algo está mal contigo, con tu bajo. Aunque tal vez sea lo mismo que hace que los colorines de Nueva York hayan decidido vestirse del gris plomizo que siempre pensaste que debería ser el color del luto. Pasan semanas sin que sepas quién ha muerto.
Los conciertos se convierten en una rutina insoportable, sabes exactamente en qué punto de la canción se va a equivocar Dan, dónde va a desafinar Paul y en qué canción va a perder el ritmo Sam. Nunca ha sido un gran batería, Greg era mil veces mejor. Las fans siguen tan entregadas como siempre, pero oyes sus gritos con indiferencia, desde la distancia, como si la cosa no fuera contigo. Sales del escenario y esperáis para el bis, es la primera vez en tu vida que desearías que nadie lo pidiera, pero lo piden, claro. Sois Interpol y tocáis vuestro bis, incluso un bonus track, Evil a mucha más velocidad que en el disco, casi sonáis a punk del de verdad y ni siquiera sonríes con el asombro en las caras de la gente(fue idea tuya)porque es una canción triste y no le pega la alegría gamberra del nuevo ritmo, la sonrisa con la que Paul pronuncia Rooooosemary. Es divertido, pero te aburres como en un concierto de Joan Baez. En ese momento te das cuenta de por quién guarda luto Nueva York.
Ese día vuelves a casa en metro, vives a sólo una estación y no te apetece aguantar a nadie, ni siquiera prestas atención a una ofendida Sandy(pelirroja, ojos verdes, asombrosamente complaciente), habitual del backstage.
Llegas a casa y el gato más idiota de la ciudad de Nueva York te saluda con una mirada de compasión, ese es el momento en el que comprendes hasta qué punto has tocado fondo. Quisiste ponerle un nombre, Hook iba a llamarse el gato estúpido, como el bajista de los Joy Division, pero no creías que fuera a hacerte caso, así que se quedó sin nombre.
Te miras al espejo y lo dices en alto(es cómico pensar en Taxi Driver, pero no te ríes porque la comparación con De Niro es odiosa). Lo repites. Suena absurdo. El gato se ha reído, no podrías jurarlo porque lo ha hecho disimuladamente, pero ambos sabéis que se ha reído. En el fondo te cae bien, no como la zorra de la tortuga que no se molesta en disimularlo, todavía está patas arriba haciendo un ruido siniestro que, supones, serán carcajadas de tortuga. Que la jodan, no piensas darla la vuelta. Es un regalo de la bruja de Rosemary, no te extraña que sea tan cabrona. Los fans piensan que Evil es una canción triste porque la chica palma y todo eso, pero en realidad la escribiste cuando Rosemary te dejó y pensabas una y otra vez en verla muerta. Tu terapeuta dice que no es sano, pero con esa canción ganasteis suficiente pasta como para pagar otro terapeuta(uno con título), así que le pueden ir dando por culo, ni siquiera era argentino.
Vuelves a repetirlo y no suena mejor esta vez. Te imaginas qué dirá la gente, tu familia, tus amigos, la puta de Rosemary. Caras de sorpresa y carcajadas mal disimuladas, supones(menos Rosemary, ella dirá algo como “lo sabía… blablabla es incapaz de serle fiel a nada blablabla”). Será la frase destacada en la portada de alguna pretenciosa revista de música de esas en las que os ponen etiquetas como post punk revival. Incluso puede que ese periodista español, Quico Alsedo te dedique una entrada malintencionada en su blog el hortera de los mesiánicos Interpol y su blablabla iconoclasta de siempre. Una vez llamó mediocre a BB King, el capullo. A BB King. El capullo.
Le conoces de cuando era el presidente del club de fans de Interpol en España, te hace gracia porque siempre que pensabas en presidentes de club de fans te imaginabas a quinceañeras que perdían las bragas por Dan. Ahora reniega de su pasado, claro, se las da de crítico súper sofisticado con gustos alternativos a la masa, el capullo.
Tienes que hacer algo, decírselo a los chicos, a tu madre, a tu padre(aunque sabes lo que va a contestar “si hubieses estudiado algo útil…”). Después de todo sigues siendo el tío tímido y siniestro de Queens al que Daniel fichó para su banda por las pintas(menudo mamón, piensas), no te apetece hablar con toda esa gente. Les citas a todos juntos al día siguiente. En tu apartamento, igual puedes encasquetarle la puta tortuga a Dan, si no le importó tirarse a Rosemary igual no le importa quedarse con el bicho.
Tu padre y Dan hablan en el sofá, se llevan bien, como Hitler y Mussolini, piensas, se lo van a pasar en grande humillándote a dúo, te alegras por ellos, al menos alguien va a pasarlo bien hoy. Tu madre está preocupada, te pregunta por Rosemary, quiere saber cuando hablasteis por última vez, cómo está de salud. Seguro que ha vuelto a hablar con tu terapeuta por teléfono. Te afeitaste el bigote por ella, te quedaste con la estúpida tortuga, pasaste por alto que se tirara a Dan, te dejó tirado y la víctima es ella. El mundo es una puta mierda, piensas. Puede que te tiraras a un par de grupies y bebieras un poco más de lo que deberías antes de los conciertos, pero eso no le da ningún derecho a tu novia a largarse sin decirte nada dejándose sólo una puta tortuga hipoglucémica y una nota(me voy, que te jodan, con amor Rosemary). El malo eres tú. El sospechoso de haber asesinado a tu exnovia eres tú. Tampoco culpas a tu madre, si pudieras hace tiempo que habrías estrangulado a esa furcia.
Sacudes la cabeza, porque esto no tiene que ver con Rosemary(en realidad, todo siempre tendrá que ver con ella)y debes dejar de darle vueltas. Decides hacerlo a bocajarro, de un tirón.
-No me gusta tocar el bajo. Dan, ¿te gustan las tortugas?
En realidad es un galápago, crees, pero no se lo vas a decir, que se joda.

jueves, 29 de julio de 2010

"La guerra es la paz, la libertad es la esclavitud, la ignorancia es la fuerza"

Estoy muy sulfurada hoy, blogsfera. En realidad lo estaba ayer, por eso en vez de venir y vomitar unos cuantos improperios me dediqué a macerar la sonrisa de superioridad y a chillarle a la tele que me quiero largar de este país de ignorantes. Niuiorsiri no está mal.
No me malentendáis, no es que no me guste España, demasiada corrupción, clase política pésima, un sistema económico que llorarías de risa si no fuera porque estás llorando de pena y unas relaciones exteriores que... francamente eso lo dejo para otro día, pero me gusta vivir aquí, no sé, será la tortilla de patata. El caso es que el número de pseudoprogres intelectualoides ignorantes y fanáticos ha aumentado en los últimos años hasta cifras muy injustas para los que no pretendemos salvar el mundo, sólo vivir en él. Y, es que, blogsfera, si hay algo que me guste menos que ir a los toros es que me prohíban ir. ¿Alguien me explica quién se ha pensado esta gente que es para decirme a mí qué espectáculos son moralmente aceptables y cuáles no?
Mal, mundo, mal.
Podría extenderme habladoos, sobre todo a los que no sufráis la vida política española(los demás están hartos de saberlo), sobre las raíces del conflicto, que nacen del intento de diferenciación cultural de dos territorios que han ido de la mano desde que tal cultura existe, de la hipocresía de prohibir sólo una parte de las tradiciones supuestamente inmorales, pero estoy muy cansada de tanta tontería, así que sólo voy a deciros una cosa:
Este país cada día se parece un poco más a 1984.
Y ahora, me voy, que los que no podemos vivir de contarle al mundo lo maravillosos que somos por creernos moralmente superiores a todo un país, tenemos que trabajar. Hoy tengo la entrevista para el trabajo perfecto(no perfecto, perfecto, sólo perfecto para conciliar con la universidad)y necesito que me lo den. Sí, blogsfera, me voy a suplicar por un trabajo de esos que sólo quiere alguna que otra estudiante sin un duro.
Sed muy felices y no vayáis a los toros o iréis al infierno. Ni descarguéis películas. Ni música. Ni libros. Bueno, no hagáis nada que la flamante intelectualidad de este país de catetos no haría.

lunes, 12 de julio de 2010

Madrid era una fiesta

Nosotros, los tipos duros, somos unos sentimentales.
Yo es que tengo un problema, blogsfera, me enamoro varias veces al día, sobre todo, de las ciudades(ya sabéis eso que digo siempre "enamorarse de ciudades es más fácil y duele menos"). Como además soy madrileña, vivo en una ciudad preciosa de la que me enamoro cada momento del día. Pero si algún día alguien me pregunta un momento de enamoramiento fulminante, tengo una pequeña lista a la que se suma la noche de ayer. La gente era feliz. Por las calles de Madrid se derramaba la marea humana más feliz que he visto en Madrid en todo mi vida. Madrid resplandecía, porque Madrid es su gente. Y todo esto, ¿por qué lo cuento? Pues veréis, porque esa gente ha sido insultada, criticada y vapuleada por la prensa de Sudamérica, por prácticamente toda.
Nos han llamado racistas, imperialistas, engreídos... y todo ¿por qué? Porque animamos a nuestra selección como cualquier otra afición del mundo. Señalo, principalmente, a la prensa argentina que luego se ha subido al carro, desde luego, pero antes ha puesto en práctica un ejercicio de populismo y demagogia vergonzoso, triste.
Vivo en un barrio de esos que, técnicamente, se llama de aluvión(por acoger inmigrantes del interior y del exterior). ¿Sabéis cuantas nacionalidades reúnen entre todos mis amigos? Yo tampoco, porque en Madrid nos es indiferente de dónde vengas si quieres vivir en nuestra ciudad, en tu ciudad.
Así que, mundo, la próxima vez que quieras juzgarnos, pregunta a los inmigrantes que viven en Madrid, a todos los que celebraban ayer el triunfo de nuestra selección conmigo.
Y viajad, hombre, viajad que eso acaba con todos los prejuicios idiotas y los complejos absurdos.
Blogsfera, España es la campeona DEL MUNDO.

viernes, 2 de julio de 2010

Sobre la vida y la muerte y esas cosas que nunca entenderé...

Tengo fiebre, esa clase de fiebre que provocan las ganas de saber algo, seguro que la conocéis. Y es que hay algo que siempre me he preguntado. Una de esas cosas que no puedes hablar cara a cara con desconocidos por miedo a que se sientan ofendidos y con los conocidos... es difícil pasar de obviedades, porque son eso: conocidos.
Es una de esas cosas que me fascinan porque no las comprendo y no las he sentido nunca. La fe. Me cuesta imaginarme cómo se siente uno teniendo fe. Y me da una envidia terrible.
No hablo sólo de la fe religiosa, también hablo de la fe en las ideas, en los héroes...
Esta sociedad trata de ingenuos y pueblerinos a los que la poseen, pero a mi me fascina esa entrega ciega a una causa, una idea, un dios. Creo que nunca he sentido nada parecido.
No es un secreto que me impresionan las personas apasionadas, pero ahora hablo de algo mucho más fuerte que una pasión, más abstracto quizás. Creer en algo sin que el temor a estar equivocado lo empañe, entendedme, no sin temor, sólo sin que éste lo empañe.
Siempre he sido demasiado racional para entregarme sin reservas a algo de esa magnitud, nunca he tenido esa clase de valor que se necesita para decir "esto es lo que creo y para mí es la verdad", no soy relativista porque para mi hasta el relativismo es relativo, es decir, que hay cosas que considero que no pueden ser relativas, pero nunca he sido capaz de comulgar con una doctrina hasta ese punto. Aunque tal vez algunos brotes de fe estén creciendo, con reservas, pero sin pausa, claro que eso es otra historia.
Por todo eso os pido ayuda:
Dime, blogsfera, ¿cómo es tener fe?

sábado, 26 de junio de 2010

Héroes por fantasmas.

Cuando era pequeña nunca quise ser princesa, ni veterinaria, ni profesora ni nada de eso que todas las niñas de mi edad querían ser. Yo era la niña rarita que alucinaba más de lo normal y quería ser lo que sea que fuese Indiana Jones(arqueólogo-ninja o algo así), después estrella de rock como Keith(Richards, Moon...), después bruja(como Harry Potter, sí)y cuando cumplí once decidí que iba a ser escritora(tengo 27 novelas de unas 20-30 páginas de esa época... jejeje), nunca fui(ni soy)muy realista, pero al final, como todo el mundo escogí un proyecto de profesión, desde entonces he querido ser periodista.
(No es que haya abandonado los delirios de grandeza, todavía tengo la guitarra, me trago las pelis de Indiana Jones cada vez que las ponen en la tele, de vez en cuando releo párrafos de Harry Potter, sigo escribiendo chorradas de 20 páginas-casi igual de inmaduras, un poco menos lógicas-e incluso añadí nuevas fantasías en las que cambiaba el mundo con panfletos por todas partes y las partituras de Imagine en algún sitio)
Nunca me he planteado si valía o no para eso porque cómo no iba a hacerlo si era lo que yo quería hacer. Si escribo algo que no me gusta, siempre pienso “esto no me vale”, nunca “no valgo para esto”, jamás he llegado a plantearme seriamente si de verdad tengo lo que sea que uno tiene que tener para firmar un artículo.
Y seguro que debería tomarlo con perspectiva y no agobiarme tanto, it's only rock 'n' roll y todo eso, pero lo que yo soy, quién soy, lo soy alrededor de lo que siempre he querido ser y si resulta que no soy periodista, que no valgo, entonces no sé qué o quién narices soy. Y eso, es MUY triste. Porque yo no soy extremadamente lista, ni ocurrente, ni paciente, ni simpática, ni tengo virtudes de ésas que saltan a la vista cuando conoces a alguien, pero si hay algo destacable de mí es que siempre he sabido quién soy y quién quiero ser.
No sé sentirme perdida sin desesperarme, yo siempre se dónde voy y por qué, aunque no te lo diga porque no me gusta que te metas en mis asuntos. Nunca he tenido ningún problema en hacer lo que tengo que hacer porque es necesario, pero si ahora no sé lo que es necesario, no se qué narices se supone que tengo que hacer.
¿Y si ahora resulta que estoy equivocada respecto a TODO? No sólo lo que quiero ser, sino lo que creo acerca de TODO, mis valores, mi forma de pensar, la forma de ver el mundo y a los demás... ¿y si llevo 18 años equivocada respecto a TODO?
No me gusta esto, sea lo que sea, porque, claro, no lo sé.

domingo, 18 de abril de 2010

Good morning, Vietnam!!

He vuelto a ver esa maravilla del cine que es Good morning, Vietnam y he redescubierto la verdad de por qué quiero tantísimo a Robin Williams. Una de sus mejores películas, porque vale, sí, de acuerdo, todos le queremos en “El club de los poetas muertos”(Oh captain, my captain, Whitman es feliz en tus labios)y “El hombre bicentenario” es humano sólo y exclusivamente porque Robin quiere(tsss. callad, todo el mundo quería un robot de pequeño, ¿vale?), pero ¿quién no ha sonreído solo escuchando ese mítico “Goooooood morning, Vietnam!!”?
Definitivamente Robin se merece ese papel filantrópico y psicotrópico del aviador/showman radiofónico que denuncia las atrocidades de la guerra entre muecas, parodias de Nixon y rock and roll.
En resumen, Robin Williams en “Good morning, Vietnam” es amor, love, wonderful, fantástico y maravilloso. Pero una película no se sustenta sólo de un actor excelente, y sino que se lo cuenten a De Niro(pero, Robert, alma de cántaro, ¿quién te mandó a ti hacer “Los padres de ella”? ¿tantísimo dinero pusieron sobre la mesa?), el caso es que, desde los militares americanos al terrorista del Vietcong(uy, spoilers)y la chica(LA chica), belleza oriental donde las haya, están todos soberbios. Soberbios.
¿Y qué decir de ese guión? Cada personaje está perfilado con una delicadeza y una coherencia extraordinarias. Diálogos dignos de Chandler(y que yo diga eso… es mucho decir), trama perfectamente llevada(¿alguien más ha oído en su cabeza “¡cine español, aprende!” o sólo soy yo?), ironía, no confundir con burla fácil(¿sigo siendo sólo yo?)y un periodista con principios, que a una le agrada encontrarse con alguno de vez en cuando, aunque sólo sea en el cine.
La música. Esa banda sonora es amor. Todo decente, cuarentas, cincuentas y sesentas, antes de que la música muriera y todo eso. Muero de felicidad en el momento: entonces de Dylan ni hablamos, ¿no? juuuuuas. Que-bueno-eres, Mitch Markowitz. Algún día nos casaremos y tendremos pequeños guioncitos con los ojos azules que vayan por ahí cantando temas de James Brown.
¿A qué nos lleva esto? A la razón número quiénsabecuál(yo es que soy de letras)para amar a los cineastas americanos(sí, el frente pseudo progre puede abandonar indignado la sala, digo el blog, sigan al señor Willy Toledo). ¿Por qué? Es simple. Se ríen de sí mismos. Hacen chistes de la guerra que perdieron, repito, PERDIERON, de sus presidentes idiotas, de sus acciones estúpidas, de la censura que se auto impusieron, del ejército(Dios mío, su institución más sagrada…), de todo. ¿Cómo no van a ser una potencia mundial? ¿Alguien ha visto una película española que se ría de la guerra civil? No, claro que no. ¿Por qué? Porque saldrían a la calle a protestar todos los idiotas del país(dato informativo: España es el mayor productor de Wolframio, de discos de Rafael y de idiotas), acusarían al guión de falta de respeto, de atentado contra la memoria, quemarían cines(vale, exagero, pero Willy Toledo tiene cara de terrorista, ¿a que sí?), se vetaría a los actores, el Wyoming le haría un chiste malo… ¿Qué es España? Paro, tortilla de patata y Almodóvar. ¿Por dónde decís que se va a Barajas? Muchas gracias. Robiiiin, wait for meeeeeee pleeease!!

martes, 13 de abril de 2010

Presentaciones literarias y otros dramas personales.

Soy una mala lectora. Pésima. Terrible. En serio. Lo único que necesito para meterme de cabeza en una novela, en un poema, en una obra, es que esté bien escrito. Me enamoro hasta las cejas de los personajes, los odio, río, lloro, me asusto, me angustio… todos los expertos en literatura dicen que no se debe leer así porque uno no se fija en la forma, que sólo aprecia el contenido… etc. Pero la verdad es que no me importa. Me encanta ser una mala lectora. Aunque muchas veces no sepa por qué me gusta lo que me gusta. Porque la mayoría de las veces no lo sé. ¿Lo sabes tú? Yo no.
No sé por qué. Tal vez le entregué mi alma en aquel “mientras no sean dueños de su alma, no lo serán de la mía” a ese viejo romántico desencantado de la vida y cínico como las putas viejas. No sé por qué Chandler. Tampoco sé por qué Mario. Probablemente por “Conversación en la catedral” y ese protagonista que se busca sin encontrarse y acaba conformándose con una enfermera y un perro. O igual no. No sé por qué García Márquez. Puede que por ese caos que se traga uno por uno a sus personajes. Ese caos que no es más que la vida. Puede que por aquel coronel que esperaba eternamente y que no dejó de alimentar su esperanza en forma de gallo. O aquel final de “El amor en los tiempos del cólera”, hacia adelante, siempre hacia adelante.
No me pregunten por qué Walt, Abarca mundos, pero nunca intentes abarcarme, dijo él y yo asentí y dije “¡eso!, eso era lo que intentaba decir, gracias Walt”. Luego vino Cumming con su The boys I mean y, claro, qué iba a decir yo si estaba convencida de que nadie podía ser tan sincero y hacer poesía.
¿Wilde? Quién sabe. Tendrá algo que ver ese dolor latente que es una parte más del ritmo de sus poemas, que te desgarra y te dice “me ha hecho daño, por su culpa me han mandado a la cárcel y me han repudiado, pero… le quiero” y entonces tienes ganas de abrazarle, de limpiarle las lágrimas y decirle “pasará”.
A Fitzgerald le quiero por las luces del embarcadero de Daisy, porque yo también me enamoré absoluta y superficialmente de Dick en aquel campo de batalla, mientras hablaba del romanticismo de la lucha por la libertad. Porque su París es mi París, el París con el que sueño.
Hammett es el material con el que se tejen los sueños y todas esas femme fatale corriendo detrás de sus detectives. Ay, Steve… ¡cuánto me haces sufrir!
“Territorio comanche” hace con los corresponsales de guerra lo que los discípulos hicieron con Jesús.
Pasa el hombre a través de los bosques de símbolos/que le observan con ojos habituados a vernos dice Baudelaire y decir “no, esto no me gusta” sería un poco demasiado absurdo Hay perfumes tan frescos como carnes de niños,/suaves sones de oboes, verdes como praderas,/como hay otros corruptos, triunfales, pletóricos. ¿Entendéis lo que quiero decir?
Dos Passos me construyó la Nueva York en la que vivo y cuando camine por sus calles me sentiré ofendida si no me encuentro con Elie y su cabeza llena de pájaros y canciones.
Tom Sharpe me hizo reír a carcajadas y adorar a Wilt, con ese humor misantrópico y esas ganas suicidas de saberse más listo que todos, con ese realismo patético y brutal.
“La conjura de los idiotas” es lo más alucinante que alguien puede hacer con una cacatúa, una modelo de fotos eróticas/madame, una bailarina exótica, tres jubiladas neuróticas, un policía incompetente y un perturbado con estudios. Gracias, Toole.
“El almuerzo desnudo” es. Es, está y, Dios mío, que más quiero… desde el prólogo hasta el final, un delirio fantásticamente lúcido.
Delibes me mostró todo lo que podía y no podía aguantar el ser humano. La humillación más absoluta, la dignidad incorruptible en la cabeza de un loco.
Y como ellos montones y montones de novelas, poemas y escritores que me han llegado al corazón, porque mi corazoncito es un collage de citas, párrafos, descripciones, versos… Pero sigo sin saber por qué. Ya os he dicho que soy una lectora pésima. De la misma forma que un día me encontré con Wilde o Fitzgerald, por sorpresa, sin previo aviso, un día, a los ocho años, me encontré con Harry Potter, que podrá no ser una obra maestra de la literatura, pero fue uno de los libros que más ha significado para mí. Me encantaría decir que mi libro de cabecera es “La casa de muñecas”, “Conversación en la catedral”, “El rojo y el negro” o alguna de esas novelas maravillosas y superprofundas, pero mis tres libros son, en ese orden, “Territorio comanche”, “Hojas de hierba” y Harry Potter.
Me explico. Érase una vez una pequeña snob marisabidilla y cargante con un pelo desastroso y un amor poco común por los libros. Absolutly. Ésa era yo a los ocho. No creo que haga falta ampliar la descripción para que el avezado lector deduzca que lo mío no era la gente(sigue sin serlo). Entonces alguien decidió que debíamos mudarnos. Fantástico, empezar de nuevo, eso es lo que los historiadores llamarán, cuando se escriba mi biografía(a todos los dominadores mundiales se les escribe biografía, ¿no?), la Debacle de la Mudanza. Pues eso, tenemos a esa misma marisabidilla pero sin amigos en el colegio nuevo(ooooh que historia más triste), ni en el barrio, ni en ningún sitio. ¿Qué pasó luego? Que conocí a Harry, a Ron y, sobre todo, a Hermione. Los libros nunca, nunca fallan, niños. Esa es mi razón para quererle: me hizo compañía cuando nadie más lo hizo. Bueno, con el tiempo la marisabidilla cargante hizo amigos tan resabiadillos, pelmazos y frikis como ella, comió meigas fritas y fue muy feliz. El caso es, que la literatura no es sólo estructura formal, es un montón de cosas que el autor sintió y escribió, otro montón que no escribió pero que quedaron allí y un montón aún más grande que siente el lector cuando la hace suya. Moraleja: expertos del mundo, disiento, no disfrutar de la literatura es peor que no tener la cabeza fría para analizarla, porque eso, amigos, es una falta de respeto al autor. He dicho.